Fernando Dougnac, Abogado De Los Afectados Por Las Casas Sobre Plomo Y ArsÉnico
Published by MAC on 2007-06-01Source: La Nación
FERNANDO DOUGNAC, ABOGADO DE LOS AFECTADOS POR LAS CASAS SOBRE PLOMO Y ARSÉNICO
"Este fallo les devuelve la dignidad"
El fallo llegó tarde para los afectados. Vivir en un suelo de plomo y arsénico vale más que los ocho millones de pesos de indemnización, dicen. Aunque tal vez alcancen para cubrir los exámenes que vienen. O el shampoo y el jabón que usarán de por vida...
Por José Miguel Jaque - La Nación
Viernes 1 de junio de 2007
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Débora Arancibia cuenta que a su hijo José Manuel le gustaban los monitos. Pasaba tardes enteras viendo animé en la tele con su hermano Emanuel. Tardes gratis, porque vivió doce años desahuciado. Nació con una malformación a la columna y problemas crónicos en los pulmones. Nunca pudo caminar. Balbuceaba algunas palabras. Hasta que una insuficiencia respiratoria y una cifoescoriosis cerebral le pasaron la cuenta.
El fallo de la Corte Suprema que condena al Servicio de Salud de Arica a pagar cerca de 8 millones de pesos a 356 personas que viven sobre un depósito de residuos tóxicos, llegó tarde para Débora. Ya no está su hijo, que ni siquiera aparece en la lista. "Para él no hubo justicia", dice indignada. "No sabemos cuál fue el criterio para dejar a gente fuera de beneficiados. Eso me frustra".
La mujer vive en la calle Curacaví de la Población Los Industriales 4. "Frente a Promel, donde estaban los tóxicos. Éste fue el pasaje más afectado". En su casa contaminada la acompaña Emanuel, porque cuando nació su Josesito, como lo llama, "el papá me dejó, porque no fue capaz de llevar la enfermedad del niño.
Ella sí fue capaz. "Soy su mamá", repite una y otra vez. "Mi hijo estuvo seis meses en el hospital y me dijeron que no podían hacer nada con él. Los médicos no me daban ilusiones... pero a veces con el amor alcanza. Yo no tuve más opciones. Los que vivimos acá no teníamos más opciones".
Débora dice que el doctor no fue claro con la enfermedad de su hijo. "Me decía que era extraño que hubiera nacido con problemas porque yo era una mamá joven y sana. Pero nunca quiso reconocer que fueron por culpa del plomo. Él trabaja en el hospital, depende del Servicio de Salud. Ni siquiera pude acceder a retirar la ficha del hospital cuando la requirió un neurólogo de Iquique".
Poca plata, mucha dignidad
La suma de desgracias es grande. "Han muerto al menos unos 20 niños desde que estamos acá", asegura Silvia Encina, representante de Los Industriales en la demanda. "Algunos por leucemia, tumores cerebrales y también hay muchos abortos espontáneos. Pero ningún médico se atrevió a dar el diagnóstico real. Querían eludir la responsabilidad".
Tan caros son que no se los han realizado todos. Según Encina, los estudios del Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin) dicen que además de plomo, arsénico y cobre, en el lugar había mercurio y cadmio, que son cancerígenos, "pero nadie ni siquiera ha planeado la posibilidad de que se hagan exámenes para medir su presencia en el organismo. Sólo han medido plomo en sangre y arsénico en orina".
Silvia Encina no se deslumbra con la plata. "Parece una suma estratosférica, pero un examen de pelo vale como 300 mil pesos y para la plumbemia (que mide la concentración de plomo en sangre) ni siquiera hay una máquina en Chile. Imagínate."
Fernando Dougnac, abogado de la Fiscalía del Medio Ambiente, entrega más datos. "El arsénico produce erupciones en la piel. Para tratarse esas afecciones necesitan un jabón y un shampoo especial. Sólo el jabón vale 5 mil pesos y lo tienen que usar toda la vida. Imagínese que esta gente que vive en extrema pobreza va a poder tener la oportunidad de cubrir esos gastos".
Dougnac dice que el Serviu sabía desde el principio que el sitio estaba contaminado. Lo mismo el Servicio de Salud de Arica. "Pero no hicieron nada y construyeron en el sitio contaminado. Estas casas están intrínsecamente contaminadas". Por eso tira sobre la mesa una idea. "La Presidenta perdonó las deudas de las casas mal hechas y debería hacerse lo mismo con estas personas, que además de todo tienen deudas por esas casas".
La gracia de este fallo, según el abogado, es que se restablece la dignidad de las personas. "Nadie les había tendido una mano. Este fallo los devuelve a la vida, les devuelve la dignidad. Por lo menos han tendido el poder de luchar contra el Estado, un Estado que debería protegerlos y que por nueve años se opuso a darles una indemnización".