Regresa La Fiebre Del Oro A Panamá

Regresa la fiebre del oro a Panamá

Por Liz Erika Carrasco

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Ciento cincuenta y ocho años han pasado desde que se inició la denominada "Fiebre del oro en California", pero el auge del dorado metal empezó desde mucho antes. El oro fue el fundamento de grandes imperios, como el romano y el español.

Actualmente el Banco Mundial obtiene millonarios beneficios con su apoyo a las minas auríferas. En contraparte, para las comunidades indígenas y campesinas la explotación del metal ha representado enfermedad y muerte.

Se calcula que antes de la llegada de los europeos, en la región ahora conocida como California, vivían de 310 mil a 705 mil indígenas. En 1870, 22 años después del inicio de la explotación, solo quedaban 31 mil.

El aspecto ecológico de la actividad también es tema de preocupación. En California se excavaron 12 mil millones de toneladas de tierra, usando el mercurio como el medio para separar el oro del resto de los minerales. Hoy día, el equivalente de un gramo de ese elemento vertido en un lago pequeño viola las normas federales de salud.

Al margen de las consideraciones ecológicas, el resurgimiento del precio del oro -tras 24 años de baja- ha hecho que se desempolven muchos proyectos mineros. Panamá no escapa de esa realidad.

El Gobierno avala los planes para extraer cobre y oro que impulsa Petaquilla Minerals Ltd., ubicada en la provincia de Coclé y la Minera Cerro Quema S.A. en la región de Azuero. Además, otorgó concesiones de exploración en la Comarca Ngöbe Buglé.

Ante este panorama no faltan las voces discordantes. Los campesinos miembros del Frente Santeño Contra la Minería rechazan la reactivación de la mina de Cerro Quema, por considerar que pone en peligro el medio ambiente de la región del Valle de Tonosí.

Jaime Luna, representante del corregimiento de Escobal, en Colón, calificó la explotación en Petaquilla, como un "proyecto de muerte". Escobal pertenece al distrito de Donoso, limítrofe con la zona norte de Coclé, en donde se ubica el yacimiento aurífero.

El representante teme que con la explotación se contaminen los ríos Miguel, Sucio, Indio, Cascajal, Aguas Claras y Coclé del Norte, lo que repercutirá negativamente en la producción ganadera y agropecuaria de los costeños.

En la Comarca Ngöbe Buglé, Pedro Rodríguez, presidente del Congreso, advirtió que su pueblo se opone a cualquier tipo de exploración y explotación minera en esa comarca.

El dirigente -quien aspira a ser reelegido durante las elecciones del congreso indígena a realizarse en marzo próximo-, sostuvo que la legitimación de las concesiones mineras por parte del Estado panameño violentaría la Ley 10 del 7 de marzo de 1997, que creó la comarca, situación que no están dispuestos a aceptar.

El Ministerio de Comercio e Industrias ha puesto como condición a las 34 empresas que tienen concesiones de exploración y explotación minera, que se comprometan a desarrollar programas de apoyo a las comunidades cercanas, con la construcción de escuelas, hospitales, carreteras y otros obras de interés social.

(Con información de Alcibiades Cortés, Migdalia Grinard , Eduardo Espinosa y Edilsa González).