MAC/20: Minas y Comunidades

Compañías Mineras Alertas Ante Ola De Protestas

Published by MAC on 2005-06-09
Source: Reuters

Compañías mineras alertas ante ola de protestas en Perú

Fecha: 9/6/2005

Por Hilary Burke, Reuters

LIMA, jun 9 (Reuters) - Campesinos de los Andes sureños de Perú asaltaron la mina de cobre Tintaya hace dos semanas, destruyeron sus oficinas y quemaron sus alrededores. Panfletos del rebelde Sendero Luminoso fueron hallados en esa zona.

En respuesta, la anglo-australiana BHP Billiton paralizó indefinidamente las operaciones de esa mina de su propiedad y el gobierno peruano se esfuerza sin éxito por remediar la disputa, la última en años recientes.

Mientras, algunos ejecutivos de empresas mineras temen que las violentas protestas arrecien ante las elecciones presidenciales de abril próximo pero muchos coinciden en que Perú sigue siendo un buen destino para inversiones de largo plazo por sus ricas reservas minerales y sus bajos costos.

"Lo que pasó con Tintaya es muy distinto a las expresiones anteriores, es estríctamente político y trasciende la relación entre la compañía y la comunidad", dijo el director gerente de Newmont Sudamérica, Carlos Santa Cruz, a Reuters.

"Son movimientos políticos que pueden ser de extrema izquierda o también pueden ser de extremo oportunismo por las elecciones que se vienen", agregó el ejecutivo.

Newmont Mining, con base en Estados Unidos, tiene participación mayoritaria en Yanacocha, la mayor productora de oro de América Latina.

Muchos peruanos pobres, generalmente campesinos, ven a la minería como una oportunidad de mejorar su nivel de vida y piden a las compañías más inversión social en esas remotas zonas donde están enclavadas las minas y que sufren el olvido del Estado, pues siguen sin luz eléctrica y agua potable.

Dos proyectos de oro se paralizaron el 2004 tras protestas y un periodista de una radioemisora local acusado de apoyar a una mina de cobre fue secuestrado por días por una multitud.

La canadiense Manhattan Minerals Corp., ahora denominada Mediterranean Minerals, canceló su proyecto de oro y cobre de 315 millones de dólares en Tambogrande --en la costa norte-- en el 2003 por protestas populares.

Perú es el segundo productor mundial de plata, el tercero de cobre y zinc, el cuarto de plomo y el sexto de oro. La minería es considerada el motor de la economía porque aporta más de la mitad de las divisas que ingresan por exportaciones totales.

Sólo el año pasado, las exportaciones de minerales peruanos aportaron unos 7.000 millones de dólares.

El analista de minería de HSBC, Víctor Flores, dijo que las últimas protestas contra el sector reflejan la debilidad del "impopular e ineficiente gobierno" del presidente Alejandro Toledo y que estas manifestaciones podrían dañar la imagen del Perú entre los inversores.

"Si ellos ven algo que no les gusta en Perú, invertirán su dinero en otro lugar (...) y eso afecta a las compañías mineras cuando quieran construir una mina porque es duro atraer capital o sus costos son mayores", agregó Flores desde Nueva York.

TINTAYA ACLAMADA COMO MODELO

Grupos civiles aclamaron el acuerdo entre Tintaya y los pobladores locales firmado hace dos años, en el cual la compañía se comprometió a donar el 3% de utilidades con un mínimo de 1,5 millones de dólares al año para proyectos comunales en la zona andina de Espinar, donde está la mina.

Pero el mes pasado, una marcha de 2.000 pobladores que demandaban a la mina una inversión de 20 millones de dólares al año para planes sociales y una carretera degeneró en vandalismo que incluyó la destrucción de las oficinas de la compañía.

"Estas protestas transmiten un muy mal mensaje, que las empresas mineras que están trabajando solidariamente y en forma estrecha con sus comunidades vecinas, igual podrían en algún minuto tener problemas para operar", dijo Mauro Valdés, vice presidente de asuntos corporativos de BHP Billiton en Chile.

Algunas protestas, como las que terminaron con el cierre de exploraciones del depósito de oro Cerro Quilish el año pasado, reclaman que sus poblaciones son focos de polución por las minas y que estas contaminan hasta sus ríos.

Los pobladores incluso demandan a las compañías la construcción de caminos, hospitales y puentes, las cuales son labores del Estado.

"Necesitamos la presencia del Estado para resolver estos problemas, para reestablecer el principio de autoridad y dar una respuesta política a este acto que finalmente es político", agregó Santa Cruz, refiriéndose básicamente a Tintaya.

"Perú hace los esfuerzos para dar la seguridad a las empresas mineras de que estos actos de violencia no se van a permitir (...) estos actos si bien afectan, son aislados", dijo el ministro de Energía y Minas, Glodomiro Sánchez.

ES PARTE DEL NEGOCIO

Muchas empresas mineras dicen que esforzarse en las relaciones con las comunidades y en desarrollar proyectos sociales es ahora una rutina en los países pobres.

La británica Monterrico Metals Plc fue el año pasado blanco de unos 1.000 campesinos armados que protestaron contra su proyecto de cobre Rio Blanco, que según la empresa podría convertirse en el segundo productor de cobre de Perú.

"Estas cosas (protestas) ocurren y no creo que terminen", dijo el gerente de operaciones de Monterrico, Andrew Bristow.

"Pero Perú es todavía un muy atractivo lugar para invertir porque tiene un enorme potencial en recursos (...) y hay más estabilidad que en la década de 1980 e inicios de los ''90s (cuando fue blanco de la violencia de Sendero Luminoso y de grupos paramilitares)", agregó.

La compañía canadiense Barrick Gold Corp., que empezará a producir oro la próxima semana en su mina Lagunas Norte de Perú, tiene una percepción similar.

"No puedes seguir para siempre sin reacciones de este tipo, activismos que escutriñen tus estándares y políticas. Es parte de este negocio", dijo el portavoz de Barrick, Vince Borg.

(Con la colaboración de Eduardo Orozco)

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