Tras El Oro De QuinchÃa
Published by MAC on 2004-12-20Por Gonzalo Arango Jiménez (Colombia)
20/12/04
La Sociedad Kedahda S.A. Colombia, relacionada con la multinacional AngloGold Ashanti, la segunda productora de oro del mundo, tiene la pretensión de obtener la licencia de explotación sobre 33.000 hectáreas, en la cuenca del Río Cauca, en territorio de Quinchía y áreas de Guática, Riosucio, Anserma, Neira, Filadelfia. Es la misma que en Santa Rosa, Morales y San Martín del Loba, en el sur de Bolívar, solicitó licencia para la exploración y explotación, en un área de un millón doscientas mil hectáreas, donde laboran unos cinco mil mineros artesanales.
Uno de los datos arrojados por el Informe Regional de Desarrollo Humano 2004, presentado por el programa PNUD de las Naciones Unidas en la región del Eje Cafetero, es que Quinchía ocupa el penúltimo lugar en esta materia entre los municipios pertenecientes a los departamentos de Caldas, Quindío y Risaralda. Quiere decir esto que las condiciones de vida de sus 39 mil habitantes son de las más precarias entre todos los pobladores de esta zona del país. La metodología aplicada para determinar el índice integra indicadores de longevidad, logro educativo y Producto Interno Bruto - PIB - por habitante. Si nos atenemos a este último, que determina el grado de pobreza, Quinchía ostenta el puesto 51, es decir, el último lugar durante los años 1993, 1997, 2000 y 2002. Su PIB por habitante en dólares, para el año 2002, fue de 168. Como punto de referencia digamos que el de los Estados Unidos se estima en 35.000 y el de Colombia en 1.700. En otros términos, en promedio cada colombiano recibe al año, poco más de 10 veces los ingresos de un habitante de Quinchía y un gringo 208.
La mayoría de sus habitantes sobrevive del cultivo minifundista del café y muchos alternan sus labores agrícolas con la minería artesanal o tradicional procurándose, con la extracción de unos cuantos gramos de oro, recursos complementarios para su precaria subsistencia. Se estima que cinco mil personas dependen económicamente de las mil doscientas que conforman las 22 Asociaciones Mineras existentes en el municipio. Compiten estas formas de economía solidaria con los llamados "mineros de oficina", personas que han solicitado licencia de explotación sobre "áreas libres" y, sin llevar a cabo ninguna labor de campo, impiden que otros lo hagan para luego vender esos "derechos adquiridos" a empresarios foráneos, quienes con avidez han puesto sus ojos en esta zona para alzarse, mediante sistemas de explotación industrial, a tajo abierto, la riqueza del subsuelo de esta empobrecida comarca de nuestra región.
La administración municipal, lejos de garantizar el derecho al trabajo de los mineros artesanales, quienes amparados en la legislación vigente han intentado proteger este medio de subsistencia, dificulta y entorpece sus gestiones. Es así como la alcaldía mantiene los servicios de un asesor, ex contratista de la empresa extranjera La Esperanza, quien se ha convertido en el amo y señor de la minería en Quinchía, manejando la información, que por ley debe ser confidencial, y ofreciendo sus servicios simultáneamente a particulares. Desde hace más de un año las Asociaciones Mineras han solicitado que, debido a la situación económica y social del municipio, sea declarada zona de reservas especiales, como lo contempla el código de minas en su artículo No. 31, para proteger las explotaciones tradicionales de minería informal, sin encontrar el respaldo de la alcaldía ni del asesor que se esfuerza en desestimar la viabilidad de tal solicitud. Como si fuera poco, la ejecución de mil cuatrocientos millones de pesos provenientes del Fondo Nacional de Regalías, destinados a programas de apoyo al fortalecimiento de las Asociaciones Mineras y al montaje de una planta de tratamiento de colas auríferas para evitar el deterioro del medio ambiente, fue suspendida por los malos manejos que desde la administración municipal se dieron a los mil millones de pesos recibidos.
Bajo el nombre de Sociedad Kedahda S.A. Colombia, se ha presentado en la región una subsidiaria, asociada o relacionada de la multinacional AngloGold Ashanti, la segunda productora de oro del mundo, con la pretensión de obtener la licencia de explotación sobre 33.000 hectáreas, en la cuenca del Río Cauca, dentro de las cuales está la mayor parte del territorio de Quinchía y significativas áreas de Guática, Riosucio, Anserma, Neira, Filadelfia. Es la misma que "activo las alarmas" en los municipios de Santa Rosa, Morales y San Martín del Loba, en el sur de Bolívar, al solicitar la licencia para la exploración y explotación, a gran escala, en un área de un millón doscientas mil hectáreas, donde laboran unos cinco mil mineros artesanales.
Al tiempo que los mineros tradicionales viven en medio de un mar de dificultades, los monopolios extranjeros se desenvuelven en el paraíso de las facilidades, sobre todo ahora que la política gubernamental está orientada a rodear de garantías a los inversionistas foráneos. El 31 de diciembre vence el plazo para la legalización de títulos y mientras las solicitudes de los mineros tradicionales duermen el sueño de los justos y sus querellas no se dirimen, las peticiones de las trasnacionales son atendidas con diligencia y tramitadas a su satisfacción. Es necesario que la comunidad risaraldense y la defensoría del pueblo tomen atenta nota del nuevo golpe que se vislumbra será asestado contra tan sufrido y débil terruño de nuestro departamento. Debemos hacer causa común en procura de su defensa.