Central America:- Mining could undermine economic well-being says Oxfam - Minería en Centroamérica contribuye poco al desarrollo y bienestar, dice Oxfam
Published by MAC on 2009-03-03While not arguing an "anti-mining" case , Oxfam America has set out reasons why the value and impacts of mineral projects in Central America must be assessed more diligently.
Central American mining could undermine economic well-being
17th February 2009
WASHINGTON - The idea of "striking gold" conjures up images of endlessly flowing wealth and prosperity, but this may not necessarily be the case for proposed metal mining areas in Central America, says a new report from Oxfam America.
The report, Metals Mining and Sustainable Development in Central America: An Assessment of Benefits and Costs, looks at the current debate surrounding mining in Central America and the need for informed public discussion over the potential costs and benefits of aggressive development. Launched yesterday at a regional forum on metals mining, the report focuses on mining projects in El Salvador, Guatemala, and Honduras.
"Metals mining is often associated with vast wealth," said Raymond C. Offenheiser, President of Oxfam America. "Unfortunately, this is not the reality in many developing countries where natural resources continuously fail to contribute to the long-term reduction of poverty and communities have little say in how the industry affects their lands and livelihoods."
Despite a long history in Central America, mining has never played a significant role in the economies of Guatemala, Honduras, and El Salvador. Even if all the resources of these nations were developed, revenue from minerals would amount to only a small fraction of their broadly diversified economies.
But high gold and minerals prices in recent years have renewed mining companies' interest in Central American metals. The Oxfam report pays special attention to Pacific Rim Mining Corporation's El Dorado Mine in El Salvador, Goldcorp Inc.'s Marlin Mine in Guatemala, and Goldcorp's San Martin Mine in Honduras.
While mining companies and the governments that support new mining proposals have emphasized the benefits of mining, organized sectors of civil society are more concerned with the long-term costs. And there is a growing awareness of the decision-making role of communities near these projects.
"Mining companies must respect local communities' right to free, prior, and informed consent," said Offenheiser. "If they do not, a mining' project's costs will likely outweigh its benefits for local people."
While mining may create great net value, most of that value flows out of the country to the foreign owners of the mining company. Minerals commodity markets are highly volatile, modern open-air pit mining creates relatively few jobs, and the life cycles of open-pit mines are short, offering a small window of opportunity for integration with local economies.
Environmental risks include acid mine drainage and dam leaks. Although some of the worst environmental outcomes are preventable, mining companies have often not been held accountable for obeying environmental rules set out by the government or their mining contracts.
To date, community protests have delayed mining activities in Guatemala, prompted public scrutiny of exploration activities in El Salvador, and generated legislative reform in Honduras. The level and intensity of the resistance to metal mining in these three Central American nations demonstrates that local communities have judged the costs of mining projects to exceed the local benefits.
"Communities closest to the mines almost invariably suffer. This can be prevented if they have a voice in the decisions for the project," said Keith Slack, Extractive Industries Program Manager at Oxfam America. "What the mining industry could contribute to these communities must be balanced with the full scope of its costs, and communities are bringing legitimate concerns about financial, environmental, and personal costs to the table."
La minería de metales en Centroamérica contribuye poco al desarrollo y bienestar
16 02 2009
Oxfam América presentó el estudio ‘Minería de metales y desarrollo sostenible en Centroamérica: Una valoración de costos y beneficios.' El informe pretende aportar al debate actual en la región y a la necesidad de información sobre los posibles costos y beneficios de esta actividad económica.
San Salvador.- El 16 de febrero de 2009 Oxfam América lanzó su nuevo estudio 'Minería de metales y desarrollo sostenible en Centroamérica: Una valoración de costos y beneficios.' El informe pretende aportar al debate actual en la región y a la necesidad de información sobre los posibles costos y beneficios de esta actividad económica.
"La minería de metales se relaciona muchas veces con riqueza, pero en muchos países en vía de desarrollo esto no es cierto" afirma Keith Slack, coordinador de la campaña de Industrias Extractivas de Oxfam América "Vemos que en estos países la minería no contribuye al desarrollo económico y que comunidades afectadas no tienen voz sobre la manera en que la industria afecta a sus territorios y sus vidas". Slack ha viajado desde las oficinas de Oxfam América en Washington para presentar el estudio.
Pese a su larga existencia en Centroamérica, la minería nunca ha jugado un rol significativo en las economías de El Salvador, Guatemala y Honduras. Incluso, si dichas naciones desarrollan todos sus recursos, los ingresos procedentes de los minerales proporcionarían únicamente una pequeña parte a sus economías ampliamente diversificadas. Pero el alza en los precios del oro y otros minerales en los últimos años, de nuevo ha convertido a Centroamérica en un aliciente para las empresas mineras. El informe de Oxfam se enfoca en la mina El Dorado de Pacific Rim Mining Corporation en El Salvador, la mina Marlin de Goldcorp Inc. en Guatemala y en la mina San Martín, también de Goldcorp, en Honduras.
Mientras las empresas mineras y gobiernos que apoyan a nuevos proyectos mineros enfatizan los beneficios de esta actividad económica, sectores de la sociedad civil se preocupan por los costos a largo plazo con mayores niveles de conciencia sobre el derecho de las comunidades afectadas a tomar decisiones sobre estos proyectos.
"Las empresas mineras deben respetar el derecho al consentimiento previo, libre e informado de las comunidades que serán afectadas por la actividad minera," dice Slack. "Si no se reconoce este derecho, los costos de un proyecto minero para la población local, muy posiblemente serán más altos que los beneficios."
Aunque la minería puede generar un valor agregado, las empresas mineras llevan la mayor parte de estas ganancias - en El Salvador el 98 por ciento. Además la minería a cielo abierto - la modalidad más usado en Centroamérica - crea pocos empleos y tiene ciclos cortos - de 5 a 10 años - ofreciendo pocas posibilidades para su integración permanente en economías locales.
Riesgos medioambientales incluyen drenaje ácido y fugas de cianuro de los depósitos de cola. Aunque se puede prevenir algunos de los desastres medioambientales que puede causar la actividad extractiva, empresas mineras muy raras veces tienen que rendir cuentas frente a gobiernos.
En El Salvador, hasta la fecha se ha negado la aprobación de licencias para la explotación minera por parte del gobierno, con la insistencia de llevar a cabo un Estudio Ambiental Estratégico. A la vez, el nivel y la intensidad de la resistencia ciudadana frente la minería demuestra que, para las comunidades, los costos de la actividad minera son superiores a los beneficios.
"Las comunidades vecinas de las minas son las que más sufren. Esto se puede evitar cuando ellas tienen una voz en la decisión sobre la instalación del proyecto minero," afirma Slack. "Debe de haber un balance entre lo que un proyecto minero puede aportar a una comunidad, y los costos que puede conllevar. Las comunidades están trayendo preocupaciones legítimas a la mesa de discusión sobre los costos económicos, ambientales y personales".
Más información:
En El Salvador
Andrés McKinley: (+503) 2202 9701 ó amckinley@oxfamamerica.org
En Washington
Keith Slack: (1) 202 378 7810 ó kslack@oxfamamerica.org
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