MAC: Mines and Communities

¡Basta de muerte y amenazas en Cabañas, El Salvador!

Published by MAC on 2009-08-26
Source: ALAI, Diario Co Latino, OCMAL

Ver video del documentalista Jamie Moffett en: http://www.youtube.com/watch?v=cLAFzLDnFv4

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PRONUNCIAMIENTO
“Basta de muerte y amenazas en Cabañas”

Observatorio de Conflictos Mineros de América Latina OCMAL
30 de julio de 2009

El Observatorio de Conflictos Mineros de América Latina OCMAL manifiesta su profunda preocupación por los acontecimientos que vienen sucediendo en Cabañas, El Salvador y que marcan un nuevo episodio de amenazas y agresión a defensores del ambiente y los derechos humanos. Inicialmente la desaparición del ambientalista y líder social Gustavo Marcelo Rivera quien mas tarde fuera encontrado muerto, sin esclarecimiento aun de este cobarde crimen, muestra la gravedad de las acciones para acallar la oposición a la destrucción social y ambiental producida principalmente por la minería en la localidad de Cabañas.

Luego, las reiteradas amenazas a los periodistas de la radio Victoria de la misma localidad, José Beltrán, Ludwin Iraheta y Wladimir Abarca confirman una planificada acción de intimidación para detener los procesos de resistencia a la destrucción ambiental.

El reciente intento de secuestro y probablemente intento de muerte del sacerdote Luis Quintanilla indica que tras todos estos hechos se encuentran grupos organizados que persiguen acallar una de las denuncias y expresiones de la población y sus dirigentes: la suspensión definitiva del proyecto minero El Dorado en Cabañas, de propiedad de la transnacional canadiense Pacific Rim.

Exigimos por tanto a las autoridades la urgente intervención que permita detener estos actos criminales y que se garantice la integridad de las personas que haciendo uso de sus derechos se oponen a la destrucción del ambiente y el socavamiento de las organizaciones sociales de Cabañas.

Una verdadera investigación que permita hacer justicia en el vil crimen contra Gustavo Marcelo Rivera impidiendo que estos actos queden impunes y sirvan para amedrentar a la población.

Medidas inmediatas de protección para las personas amenazadas y aquellas vulnerables de ser también víctimas de actos fuera de la ley y apartada del respeto a los derechos humanos y la dignidad.

Implementación de medidas que impidan de forma definitiva las actividades que destruyen los ecosistemas y que provocan este tipo de acciones criminales. Propiciar una cultura de paz entre las personas, las comunidades y nuestra madre tierra, asegurando así una forma de existencia basada en la Solidaridad, la Paz y el Buen Vivir.



Entre lágrimas y consignas despiden a activista Marcelo Rivera
Miércoles, 15 de Julio de 2009
Redacción Diario Co Latino

Sus familiares, amigos, vecinos. Sus estudiantes de la escuela, alumnos de sus talleres artísticos, colegas de la asociación. Sus camaradas del partido, compañeros de la lucha antiminera… todos. Quizás hasta sus asesinos.

Casi siempre son los parientes y amigos más cercanos, los que despiden con llanto abierto a un fallecido. Raras veces en un entierro se ve llorar a todos los asistentes. El sepelio de Gustavo Marcelo Rivera Moreno es uno de esos casos excepcionales, un llanto colectivo de centenares de niños, jóvenes y ancianos, mujeres y hombres.

Desaparecido durante tres semanas y luego encontrado asesinado, con rasgos de torturas.

Representantes del movimiento ecologista de Cabañas afirman que Rivera Moreno fue víctima de persecución y amenazas durante los últimos meses, especialmente después de las elecciones legislativas y municipales del 18 de enero, cuando encabezó las protestas contra el supuesto fraude que pretendía efectuar José Ignacio Bautista, alcalde arenero de San Isidro, que logró su reelección una semana después, al reanudarse los comicios.

Desde hace cinco años, Gustavo Marcelo también lideraba la resistencia a los proyectos de Pacific Rim, empresa minera canadiense que ha demandado al Estado salvadoreño ante un tribunal corporativo del Banco Mundial, por negarle el permiso para reabrir la mina El Dorado, a sólo dos kilómetros del casco urbano de San Isidro.

“Combatió a la amenaza minera desde su rol como maestro, promotor cultural, directivo de una organización ciudadana y dirigente político”, dice Francisco Pineda, líder del Comité Ambiental de Cabañas.

Gustavo Marcelo, al momento de desaparecer –el jueves 18 de junio–, se desempeñaba como Director de la Casa de la Cultura de San Isidro, represente legal de la Asociación Amigos de San Isidro Cabañas (ASIC), miembro de la Mesa Nacional frente la Minería Metálica e integrante de la Directiva Departamental del FMLN en Cabañas.

El pasado viernes 10 de julio, personeros del Instituto de Medicina Legal confirmaron a sus familiares que el cadáver –encontrado tres días antes adentro de un pozo a unos 30 metros de profundidad– correspondía a Gustavo Marcelo.

“Fueron veinte días de angustiosa búsqueda”, expresa Miguel Rivera, quien no ha tenido tiempo para llorar a su hermano. Su indignación pesa más que la tristeza. Le molesta que la Fiscalía y la Policía se adelanten a declarar que “se trata de un caso de delincuencia común”, porque Gustavo Marcelo “departía con un grupo de mareros que le quitaron la vida luego de una acalorada discusión”.

Miguel sostiene que su hermano no era borracho, ni fumador y que tampoco se relacionaba con miembros de pandillas.

“Las líneas de investigación deben partir de las amenazas que recibió, debido a su oposición a la minería metálica y por su resistencia al fraude de ARENA en San Isidro”, considera el representante de una ONG de derechos humanos, que pide el anonimato.

Pobladores de San Isidro también comentan cómo la personalidad de Rivera Moreno era denigrada en publicaciones oficiales de la municipalidad de San Isidro. “En el programa de las últimas fiestas patronales, y en un panfleto que apareció después, lanzaban todo tipo de ofensas contra él”, comenta un miembro del “comité de búsqueda de Marcelo”, brigada de vecinos que recorrió caminos, montes y ríos de zona buscándole.

El sábado 11 de julio, a las dos de la tarde, el sol, en San Isidro, quemaba más que en cualquier otro lugar. Después de la misa de cuerpo presente los centenares de personas acompañan al profesor, ambientalista, promotor cultural y activista político, en su último paseo por el pueblo que defendió, antes de ir al sitio donde descansará para siempre de las luchas terrenales.

Sale de la Casa de la Cultura, donde habían sido velados sus restos. Pasa frente a su vivienda en construcción. Avanza hacia la sede de ASIC y retorna al centro del pueblo, donde un grupo de jóvenes le saluda con “Camarada”, su canción favorita del venezolano grupo “Los Guaraguao”.

Quienes encabezan la marcha fúnebre se turnan cargando el féretro. Atrás, un grupo de jóvenes portan una manta: “Marcelo. Nadie callará tu voz, ni cesará tu lucha. ¡Exigimos justicia! Podrán matar a las personas, pero no las ideas”.

Luego, la multitud. Una mujer se desmaya. Se oyen los llantos, las voces: “Me gustaba cuando la hacía de Cipitío”, confiesa una niña. “Él llegó a la comunidad, nos abrió los ojos”, expresa una mujer.

Gustavo Marcelo pasa luego por la Escuela, después frente al puesto policial que poco interés muestra en investigar la desaparición y asesinato. “La policía de aquí protege más al alcalde que al pueblo”, se queja un señor. ¡Deben ser depurados!, demanda.

La angustiada madre alcanzó a llegar hasta la entrada del cementerio. Su hijo fue hasta el final, hasta donde dijo que llegaría. Antes de sepultarlo: un cántico, una oración, muchas consignas, las palabras de un familiar, otra canción, un rezo, un discurso del diputado Sigfrido Reyes, del FMLN. Todos quieren decir algo a Gustavo Marcelo, antes de partir. “Aquí se queda tu San Isidro, tu río Titihuapa, con sus cerros liberados de las minas. Aquí seguimos tu camino y defenderemos con orgullo nuestra herencia para que mañana, cuando encontremos a un niño leyendo bajo la sombra de un árbol, advirtamos que es tu rostro, tu vivo rostro”, dice una de las cartas leídas.

Después, lágrimas y grito de consignas: “¿Qué quiere el pueblo de San Isidro? ¡Justicia!”. Y la exigencia a las autoridades de tocar fondo en las investigaciones, para encontrar a los responsables intelectuales y autores materiales de este crimen.



Sacerdote de Cabañas es victima de intento de asesinato

ALAI, América Latina en Movimiento
31 de julio, 2009

El Padre Luis Quintanilla, sacerdote católico comprometido en la defensa y promoción de los Derechos Humanos, ha sido víctima de agresiones físicas, amenazas de muerte e intento de secuestro y asesinato el lunes 28 de julio del 2009.
 
El sacerdote, que se conducía en su vehículo en la calle de ciudad Victoria a Sensuntepeque (Departamento de Cabañas), fue interceptado por cuatro hombres armados y encapuchados, quienes lo bajaron del automóvil con la intención de secuestrarlo o asesinarlo. Afortunadamente los criminales no lograron su objetivo, ya que el religioso pudo escapar saltando a un barranco.
 
Este acontecimiento se da a un mes del secuestro, tortura y asesinato del ambientalista y líder social Gustavo Marcelo Rivera y a pocos días de la denuncia pública de las amenazas de muerte recibidas por cuatro reporteros de la Radio Victoria.
 
Tanto el Padre Luis Quintanilla, como Marcelo Rivera y los periodistas de la Radio Victoria, han asumido un papel protagónico en la defensa de los Derechos Humanos y de oposición a todos los proyectos que atentan contra el medioambiente y la Democracia, como la explotación minera y el fraude electoral en San Isidro.
 
Como los reporteros de la Radio Victoria, en los últimos días el sacerdote ha recibido mensajes telefónicos en los cuales se amenaza de muerte; entre ellos podemos mencionar “que acabarán con los malditos rojos disfrazados de cura”, “que guarde silencio si no quieren que le pase lo mismo que a Marcelo”, haciendo referencia al asesinato de Marcelo Rivera y demostrando un hilo conductor entre estas intimidaciones.
 
Similarmente a las anteriores violaciones, señalamos que grupos de ultraderecha vinculados con grupos de criminalidad organizada pretenden mantener atemorizada a la población del Departamento y atentan contra la vida de los líderes sociales y activistas políticos y ambientales. La negligencia de la Fiscalía y de la Policía a nivel departamental favorece, refuerza y ampara estas violencias.
 
Por lo anterior y una vez más, la población y las organizaciones sociales demandamos de las autoridades competentes y del nuevo gobierno, garantizar la vida e integridad física de los ciudadanos y realizar investigaciones exhaustivas de estos hechos.
 
A la comunidad internacional pedimos atención frente a las persecuciones políticas que sufren los ciudadanos y ciudadanas de El Salvador y apoyo en denunciar y presionar a las autoridades salvadoreñas por el cumplimiento del Estado de Derecho y el respeto de los Derechos Humanos.



Periodistas reciben amenazas de muerte

ALAI, América Latina en Movimiento
31 de julio, 2009

Los periodistas de la Radio Victoria son victimas de amenazas de muerte por su labor informativa y educativa en promoción de los Derechos Humanos y del medioambiente.
 
Las amenazas no son nuevas para los y las periodistas del medio de comunicación comunitario con sede en Victoria, Departamento de Cabañas, pero, a raíz de las elecciones locales recién pasadas, han aumentado considerablemente. En abril de este año el trabajo informativo de la Radio Victoria ha sido boicoteado con la desaparición de la antena trasmisora de la radio.
 
A partir del 23 de julio 2009 cuatro reporteros comunitarios comenzaron a recibir mensajes escritos y telefónicos, en los cuales les amenazan que serán los “próximos”, “que se encuentran en la lista” y que “se cuiden porque demasiado hablaron en San Isidro”, haciendo una clara referencia a la vinculación existente entre estos hechos y la desaparición y asesinato del compañero Gustavo Marcelo Rivera.
 
Como parte de su labor periodística, la Radio Victoria informa a la población del Departamento de Cabañas y El Salvador en general, sobre la resistencia contra la explotación minera, que pretende realizar la empresa canadiense Pacific Rim, sobre el fraude electoral en San Isidro en las elecciones recién pasadas, y últimamente sobre la desaparición y muerte del ambientalista y activista social Gustavo Marcelo Rivera.
 
Las amenazas mencionan explícitamente el malestar por la labor informativa y de denuncia constante a todos los abusos y arbitrariedades cometidas en San Isidro y en Cabañas.
 
Estos nuevos hechos ponen en riesgo la vida de los jóvenes periodistas, uno de los cuales es menor de edad y representan una violación a los Derechos Humanos de los reporteros y de todas las personas que trabajan en defensa de los Derechos Humanos.
 
Además es una evidencia de la impunidad con la que estos grupos de poder mantienen atemorizada a la población del Departamento. La negligencia de la Fiscalía y la Policía Nacional Civil-PNC, instituciones encargadas de velar por el bienestar y la seguridad de la población, contribuye a perpetrar estas violaciones.
 
Por lo anterior, las comunidades y la población, en conjunto con diferentes organizaciones sociales, demandamos de las autoridades competentes y del nuevo gobierno una investigación exhaustiva de estos graves hechos, que atentan con la seguridad y la vida de estos ciudadanos, así como determinar a los responsables intelectuales y materiales del asesinato de Gustavo Marcelo Rivera.
 
A la comunidad internacional pedimos que se mantengan atentos a las persecuciones políticas que sufren los y las salvadoreñas, denuncien y presionen a las autoridades salvadoreñas por el cumplimiento del Estado de Derecho y el respeto de los Derechos Humanos en El Salvador.
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